Obras de arte que ocultan misterios en 'El plan maestro', la nueva novela de Javier Sierra
- El escritor Javier Sierra presenta El plan maestro, una novela de intriga sobre las profundidades ocultas del arte
- La novela pasea al lector por el Museo del Prado, el Louvre, la Galería degli Uffizi o la cueva de Lascaux
El origen del hombre va ligado al origen del arte. En cada obra hay símbolos ocultos. Sin relato no hay arte. Las creaciones de la inteligencia artificial no tienen mensajes implícitos, misterio, sutileza ni intención. Son algunas de las reflexiones que el lector saca de las entrevistas y las novelas del escritor Javier Sierra (Teruel, 1971), uno de los autores de la literatura de misterio más populares de Europa.
Sierra ha publicado El plan maestro (Planeta), que ahora presenta en ‘Página Dos’. La vida de este autor cambia gracias a un encuentro casual en 1990, durante una visita al Museo del Prado. Él era todavía un estudiante. Frente a La perla, de Rafael, un extraño se le acerca y le sugiere cómo observar el cuadro: hay que fijarse en lo que los personajes miran.
Ese extraño intercambio de pareceres se convirtió en la inspiración para su novela El maestro del Prado (2013). Sierra volvió muchas veces al museo; nunca volvió a encontrar al hombre. Pero recordó la lección. «Cada cuadro es un libro mudo, un libro con imágenes que precisa ser interpretado», afirma Javier, que en 2017 ganó el Premio Planeta con El fuego invisible.
Lo que esconden las obras de arte
El escritor argumenta que las obras maestras guardan un sentido esencial. Es la llamada segunda visión, que invita a ir más allá de lo evidente, de la lectura en la superficie. Un juego de formas ocultas constante en la historia del arte, desde Leonardo da Vinci hasta El Bosco o Dalí. Los cuadros son símbolos, puertas a historias secretas, heréticas y prohibidas.
“El arte potencia nuestro espíritu explorador“
En un paseo por una pinacoteca, la cantidad de obras por ver determina el paseo rápido del visitante, con una mirada breve a cada cuadro, similar a un scroll frenético que estimula, pero no deja poso. Pero es necesario pararse, plantarse. Dejar que el cuadro nos hable, y recibir ese estímulo no solo desde una perspectiva racional, sino desde la intuición de lo misterioso. «El arte potencia nuestro espíritu explorador», afirma Javier Sierra.
«El plan maestro es un cambio de mirada respecto al arte», cuenta Sierra. «Partimos de la mirada estática hacia una mirada mágica. Sirve de puente y ventana a otros mundos». El arte, como la literatura, lleva al ser humano de la mano a la frontera con lo desconocido. Para disfrutarlo es necesario educar la mirada paciente en el detalle, y desarrollar la percepción más allá de la mera apariencia de las cosas.