Las secuelas del debate sobre la corrupción en el Congreso: tregua de los socios a Sánchez pero con condiciones
- El PSOE cree que las preguntas de Feijóo buscaban "matar políticamente" al presidente del Gobierno
- Los socios parlamentarios dieron un respiro a Sánchez pero con condiciones y advertencias


"¿Pero con quién está viviendo usted?, ¿pero de qué prostíbulos ha vivido usted?", son dos de las preguntas que más resuenan de la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el debate sobre corrupción en el Congreso. Preguntas por las que el PSOE ha pedido que se investigue de oficio en los tribunales el informe en el que, creen los socialistas, se basó Feijóo para lanzar esas cuestiones.
Se trataría de un viejo asunto: el seguimiento, que sería ilegal, a la familia de Pedro Sánchez, en 2014. Un seguimiento con el que se elaboraría un informe sobre el negocio de saunas del suegro, ya fallecido, de Sánchez, y que el PP sugiere que serían centros de prostitución encubiertos.
RTVE ha tenido acceso a ese informe y a los audios, ya en manos de la fiscalía. Los autores habrían sido el famoso excomisario Villarejo con su "policía patriótica" y por encargo, supuestamente, de la cúpula del Ministerio de Interior con Rajoy como presidente Gobierno.
Y el PSOE cree que esas dos preguntas de Feijóo estaban basadas en un espionaje ilegal con el que se quería "matar políticamente" a Sánchez hace ya 11 años.
Discurso bronco
De lo demás que dijo Feijóo en su intervención no ha quedado mucha huella. En lo que sí hay coincidencia es en que fue un discurso bronco, muy bronco. Un tono que satisface plenamente a los suyos y critica con dureza todo el arco parlamentario que apoya al Ejecutivo.
Fue un debate en el que el Gobierno entró cabizbajo sin tenerlas todas consigo. Sin saber si ganaría esa informal cuestión de confianza, sin votación, en la que se convirtió el debate.
Pedro Sánchez subió a la tribuna con su futuro en el aire, dependía de que sus socios parlamentarios le dieran o no oxígeno para que la legislatura siguiera. Y se lo dieron, claro que con muchos "peros", con muchas condiciones e incluso advertencias. Fue lo que hizo, por ejemplo, Rufián: si la corrupción va más allá de "tres listos", si el gobierno no cumple sus expectativas le obligarán a ir a las urnas.
Polémica por la "financiación singular"
Una de las expectativas de ERC es que se ponga en marcha la "financiación singular" de Cataluña acordada para que Illa sea president de la Generalitat. Y este mismo lunes se retoma esa cuestión. El presidente Sánchez se reúne con Illa para hablar de las cuentas de Cataluña.
Un capítulo para nada fácil. De hecho, los presidentes autonómicos del PP han vuelto a lanzarse en contra, claro. Pero no solo, también entre los socialistas han salido al ataque. El ya clásico crítico Emiliano García Page de nuevo ha vuelto a hablar de desigualdad entre las comunidades. Criticas a las que se ha sumado el sanchista Adrián Barbón, presidente de Asturias, también contrario a que Cataluña tenga una financiación diferente.
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha salido al paso asegurando que las comunidades que quieran "singularidad" que la pidan, que podrán tenerla. De momento no convence. Incluso Feijóo acaba de reconocer que Cataluña está mal financiada y asegura que él lo arreglará, aunque no ha dicho cómo.
Precedentes históricos
La memoria es débil, pero los libros de historia, no. Y en los libros sobre la transición se recuerda que el Gobierno de Adolfo Suárez en 1979 le ofreció al Gobierno autonómico de Cataluña el mismo sistema de financiación que tiene Euskadi. Entonces la todopoderosa CiU, ya desaparecida o reciclada en Junts, dijo no. Rechazó la oferta, ya que no estaban seguros de que les salieran las cuentas a favor.
Si seguimos repasando la historia, lo cierto es que todos los avances que los nacionalistas han pedido y conseguido para sus comunidades, antes o después, han terminado formando parte de todos los Estatutos de Autonomía. Por ejemplo el Estatuto de Andalucía en su artículo 1 habla de esa Comunidad como una "nacionalidad histórica". Con todo lo que se ha escrito en contra de que Cataluña lo sea.
Así que si la "singular financiación" de Cataluña sale adelante no hay que descartar que termine siendo aquello del "café para todos". Las crónicas lo contarán.